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Nº 2 Marzo, 2006

La guerra de los abuelos (II)

La guerra de los abuelos (II) En el número anterior recogíamos los recuerdos y testimonios de algunos ancianos, abuelos de nuestros alumnos de Fuenlabrada. Eran historias de guerra de familias humildes cuyo origen se encuentra, sobre todo, en Extremadura y La Mancha, pero también de la ciudad de Madrid. Incluso tuvimos la suerte de encontrar a personas que han vivido siempre en  Fuenlabrada, que entonces era un pueblo. Siguiendo este hilo conductor tanto temporal como geográfico presentamos nuevas historias entre siglos que unen a tres y hasta cuatro generaciones.
Entrevista a Diego José C. A.  5 de abril de 2005.
Jesús Sánchez (Edición y Dirección) Amanda García Rodríguez (Elaboración)
Diego C.B. de 20 años escucha de labios de su abuelo Diego José, (nacido en 1927 ó 1928) la historia de su bisabuelo Aurelio que combatió en la Guerra Civil Española, en los frentes de Badajoz, Getafe y Teruel.

La batalla de Teruel, en el invierno de 1937-38, fue una de las más duras de la guerra. Los combatientes soportaron temperaturas de 20 º bajo cero.

 

Tropas republicanas en el frente de Teruel (1938)

1. La familia.
-¿Cómo se llamaban sus padres? ¿De dónde eran?
-Padre se llamaba Aurelio C. E. y madre María Cristina A. C., él era de Trujillo, y ella de Valdefuentes, ambos en Cáceres.
-¿Cuándo nacieron? ¿Cuáles eran sus trabajos?
-Padre nació el treinta de junio 1907 y madre el dieciocho de agosto de 1910, él era militar, teniente-coronel de infantería. Siempre trabajaba en el cuartel. Apenas le veía. Ella era, antes de conocer a mi padre, campesina. Trabajaba de sol a sol por un bocado de comida. Cuando madre y padre se casaron (se fueron a vivir al pueblo de ella, a Valdefuentes)  se dedicó a tener hijos y a alimentarnos y educarnos.
-¿Sus padres tuvieron algún tipo de estudios? ¿Cuáles?
-Mi padre iba para a abogado pero su espíritu aventurero y su admiración por los africanistas le hicieron decantarse por ser militar.  Ingresó en la escuela de oficiales de Toledo y después se hizo cargo de su grupo de hombres en una base cercana a Cáceres, no recuerdo como se llamaba. Madre sabía lo básico, leer y escribir. No tuvo la  fortuna de ir a la escuela, tuvo que trabajar temprano para ayudar a sus parientes y así poder comer.
-¿Pertenecían a algún grupo político, asociación sindical o algo parecido?
-No, nunca les interesó la política. Mi padre estaba obsesionado con su trabajo y su esposa y mi madre, con nosotros y con la comida... No tenían tiempo ni espíritu para ocuparse de otras cosas, nunca fueron muy curiosos.

Me contó que nunca quiso esa guerra, que solo cumplía órdenes de sus superiores. Nunca me dijo si mato a alguien, pero yo sé que si lo hizo. Después de la guerra me dio una arenga para que no odiara a nadie, que amará a los que me rodearán,.. nunca pude entenderla, pero me conmovió su verdad.

-Háblame de sus hermanos, ¿cómo eran?
-Tuve dos hermanas, eran más mayores que yo, muy responsables y buenas eran. Siempre me protegían cuando hacía el travieso. Apenas estudiaron. Se llamaban Susana María y Sofía.Ambas se casaron pronto y se dedicaron al cuidado de la familia. Me dieron unos sobrinos maravillosos,... siempre estaré agradecido por su buena bondad y espíritu.
-Abuelo, ¿fue usted a la escuela?
-Tuve la suerte de estudiar. Estudié en un colegio interno religioso de chicos No estuvo mal… lo malo de todo eran los castigos, dándonos capones, collejas y bofetones. Incluso a veces nos obligaban a arrodillarnos y a extender los brazos. Era agotador y doloroso, pero no importaba, hice buenos amigos en la escuela y además conseguí aprender que la vida no solo son travesuras e inocencia, el sufrimiento y el dolor formaban parte de la vida cotidiana.
-¿Cuándo dejo la escuela? ¿Por qué?
-La dejé para ir a la universidad, por suerte mis padres me costearon los estudios, deseaban un buen futuro para y yo no les defraudé, me hice médico y conseguí una buena renta para vivir.(...) me dediqué a ser el doctor del pueblo, atendía a las personas enfermas con lo que podía, muchos murieron en mis manos, sin que pudiera hacer nada,

2. La historia de Aurelio. La Guerra Civil.

A partir de este momento, la conversación se centra en Aurelio y la Guerra Civil

 

-Ya te dije que mi padre no se metía en líos políticos. Solo era militar y creía que la disciplina era lo más honrado del mundo. Si actúo en un bando o en otro lo hizo solo por obedecer órdenes. Además, nunca me contó nada de lo sucedido. Así que creo que hizo algo que no quería que se supiera. Supongo que tuvo que matar a alguien o algo así. Da igual, mi padre era maravilloso, no me importa lo que hiciera.
En el 36 tenía 8 años... Mucha tensión había, pero en Valdefuentes lo más importante era la comida, así que no nos preocupábamos demasiado. Mis amigos y yo, más bien por inocencia, empezamos a apostar cuando empezaría la guerra. Dijimos en julio, agosto, septiembre e incluso enero del 37, y sorprendentemente acerté en la fecha, ¡maldita vez en que la dije!

 

Se arrepentía de muchas cosas. Tenía rabia. Me confesó que a veces lloraba, pero siempre lo hacía solo, ya que estaba mal visto en la época. No me lo creo. Era muy fuerte de espíritu como para llorar, siempre fue un hombre de aplomo.
(Mi padre) me contó que en el cuartel se vivía mucha tensión, casi todos eran contrarios a los rojos; discutían mucho. Mi padre sabía que la sublevación llegaría pronto. Como teniente-coronel tendría muchas responsabilidades. Sabía que si la rebelión empezaba tendría que tomar una decisión: se uniría a ellos o seguiría a la República. Al final fue con Franco, pero no porque quisiera. Se dejó llevar con la gente. Además tenía miedo a las venganzas y por tanto se unió a esos bastardos.
Me contó que en ese día los soldados del cuartel estaban muy nerviosos, algunos desertaron de sus unidades y se marcharon, no sé si para combatir, ¡dios solo lo sabe!. Padre tuvo aplomo y pudo acantonar las tropas varios días, pero la rebelión surgió y padre tuvo que combatir sin remedio.
(...) Me contó que nunca quiso esa guerra, que solo cumplía órdenes de sus superiores. Nunca me dijo si mato a alguien, pero yo sé que si lo hizo. Después de la guerra me dio una arenga para que no odiara a nadie, que amará a los que me rodearán,.. nunca pude entenderla, pero me conmovió su verdad.
Se dirigió a Badajoz para ayudar a los nacionales en la conquista, eso fue en agosto del 36. Allí conoció a Yagüe, que con sus legionarios mató a los rojos y conquistó la ciudad. Dijo que le hizo caer bien, le comentó que era muy alto para ser oficial.
(Mirando a Diego y refiriéndose a Aurelio) y  ¡Te pareces mucho a él! La misma cara, cuerpo... aunque de espíritu sois distintos.  Él era más activo, tú mas pensador. ¡Creo yo!
Se le encargó, junto con más de 2000 hombres, tomar Getafe... los de Getafe les recibieron con tanquetas.

El T-26, carro de fabricación soviética que hizo su aparición en las operaciones en torno a Toledo y Madrid en el otoño de 1936.



Después le ordenaron marchar a Madrid, donde perdió en sus misiones,... En septiembre, después de que se tomará Talavera de la Reina, ¿está en Toledo o en Madrid?, no lo sé, le ordenaron estar a la vanguardia del ataque a Madrid, aunque no lo hizo aún porque los generaluchos querían tomar Toledo (para “liberar” el Alcázar antes del ataque sobre Madrid) . Cuando lo hicieron se le encargó junto con más de 2000 hombres tomar Getafe. Cuando llegaron, me bromeó diciendo que, los de Getafe les recibieron con tanquetas. Tuvieron que retrasarse ya que no tenían granadas para destruirlos. Cuando volvieron con armas entraron en la ciudad y atraparon a todo bicho viviente que se moviera.

Cuando tomaron la ciudad una granada mal lanzada impactó muy cerca de dónde estaba padre. De milagro se salvó, ya que todos los
que estaban su lado murieron. Supongo que como estaba escoltado, la metralla de la granada se la llevaron sus subordinados. Cuando volvió en sí, me dijo que se puso a correr como el diablo pensando que los rojos contraatacaban. Cuando llegó a zona segura, todos se rieron de él, le tacharon de cobarde y traidor a la patria  (...). Me lo contó con lágrimas en los ojos. A pesar de las muertes que veía no se acostumbraba. Muchos camaradas suyos murieron en Getafe, pero por suerte para mi y para ti siguió vivo durante toda esa puerca guerra.
 Ya en el 38 participó en la batalla de Teruel, recibió una herida en la pierna por la metralla de un cañón. Después no combatió más.
(Él) Quería estar con sus soldados. Los otros oficiales le tachaban de loco, pero le tenían envidia. No tenían valor de entrar en combate. Padre no era cobarde, nunca lo fue, y quizá por eso mucha gente del pueblo le admiraba, otros en cambio le odiaban por matar a sus más queridos allegados.
En todos los muertos que veía,...en las familias de los muertos,... cuando luchaba, realmente no pensaba en nada, lo hacía cuando llegaba la calma. Se arrepentía de muchas cosas. Tenía rabia. Me confesó que a veces lloraba, pero siempre lo hacía solo, ya que estaba mal visto en la época. No me lo creo. Era muy fuerte de espíritu como para llorar, siempre fue un hombre de aplomo.

En junio del 39, venía muy delgado, con cicatrices en las manos. Recuerdo que cuando vino no dijo nada, se marchó a la habitación a dormir, estuvo dos días seguidos. Después salió y poco a poco habló de lo sucedido pero yo creo que nunca contó toda la verdad, algunas cosas las ocultó.
Volvió de la guerra y después abandonó su trabajo. Compró unas tierras y las trabajó junto con la familia. Me contó la guerra y me reñía porque yo quería ser soldado como él. Me obligó a estudiar, y así hice. Me hice médico y tuve una vida tranquila, creo yo.

Dibujo alusivo a las primeras huelgas bajo el franquismo (finales de los 50-comienzos de los 60).

 

Archivo gráfico de Cuadernos de Ruedo Ibérico.
No trajo nada, solo cicatrices y mal humor. No le culpo: yo me hubiera sentido igual, la guerra no da alegrías, solo penas y arrepentimientos, al menos eso creo yo.
3. Una pincelada de la Posguerra. Constantino “el revolucionario”
-¿Tuvo algún amigo republicano, anarquista, comunista, socialista o simplemente antifranquista que tuviera que esconderse de la represión posterior de la guerra civil?
-Se llamaba Constantino, su padre fue comunista, afiliado al POUM. Según sabía le fusilaron cuando le hicieron prisionero en Badajoz, en el 36, ¿conoces la ofensiva de Extremadura? Creo que hubo en Badajoz una represión con 4000 muertos, pues su padre fue uno de ellos. No consiguió verlo nunca más. Supongo que por eso Constantino siguió sus pasos.
Le llamaban “el revolucionario”, supongo que sabes lo que significa. Era un vándalo pero tenía un buen espíritu, en muchas ocasiones se salvó de la quema por astuto y cobarde. Cuando el peligro acechaba usaba las piernas para escapar por dónde había venido.
-¿Quién era el revolucionario?
- Ese hombre, Constantino, (...) en 1950, entregaba panfletos llamados, como él decía, libertadores por la comarca de Montánchez. Lo hacía de noche porque era más fácil esconderse si se enteraban los guardias. Alguna vez me dijo que le acompañará. Pero no quería problemas, sobre todo después de las charlas con padre de la guerra.
-¿Participó en alguna huelga o algo parecido?
-Yo una vez, en el 54 apoyé una huelga de campesinos. No fui para apoyar unos intereses, solo acompañé a este amigo mío. Cuando aparecieron los guardias civiles mi amigo y yo nos marchamos corriendo lo más rápido que pudimos. Nos libramos de una paliza pero al menos puedo decir que nos divertimos. W

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